Las islas gallegas no son para el verano. O al menos no solo, única y exclusivamente para el verano. Ahora mismo resulta posible ir de respetuosa aventura a las que conforman el parque nacional de las Illas Atlánticas o al archipiélago de las más norteñas Sisargas, con la única condición de organizarse porque, como es fácil suponer, no hay barcos saliendo de manera constante desde los puertos del continente. Bien al contrario, los barcos haberlos, haylos, pero procede su contratación con tiempo de sobras entre otras cosas para ponerse de acuerdo con la meteorología.
Súmesele a ello que el mar se mueve algo más que en el estío -si bien amanecen días en los que tampoco es para asustarse, conste-, pero que no se escape de la mente la recompensa: adiós a las multitudes, al agobio, a las filas, al jolgorio desmesurado y al garrulo que pone el rap a todo volumen. Dese la bienvenida a la tranquilidad, a la falta de ruido, a la soledad, a los parajes atlánticos que semejan infinitos. Y, así, ya está configurado el escenario. Amigos de los pájaros o simplemente de los lugares de pura naturaleza deben aprovechar el momento, y un billete a las Cíes constituye un excelente y original regalo de Reyes Magos. Pero para gustos se pintan colores, por supuesto.
Mar de Ons, Nabia, Rías Baixas y Rías Gallegas son empresas que organizan el desplazamiento, pero siempre contando con que hay que ir en grupo. Claro que cabe la originalidad, y entonces es el momento de El Chasula, un pesquero de 14 metros de eslora botado en 1958 y reconstruido de manera ejemplar. O de ir en el velero Raquel C. O de recurrir a la empresa de chárter marino Maregalia (tienen unos veleros bien curiosos). Por cierto que Maregalia ha sacado un producto al mercado turístico al que es de justicia hacer mención: un bono regalo para estas Navidades: 200 euros, que vienen significando el alquiler de un barco entero para disfrutar antes del 30 de abril del año próximo. Bono, eso sí, que procede adquirir antes del día 7 de enero. Por cierto, IVA incluido, para que todo quede claro. Su web ?en la que es posible descargar el bono y leer los detalles? contiene más información.
En fin, que por haber, hay hasta visitas a otra isla del parque nacional que suele quedar relegada en el imaginario popular, porque tiene la característica -¿suerte? ¿desgracia?- de que la naturaleza casi la pegó a tierra firme, sin aguantar bizarramente embate alguno. Es Cortegada, a tiro de flecha del puerto de Carril, en Vilagarcía. Y en Vilagarcía se localiza la empresa Corticata , que organiza los cortos desplazamientos y ofrece guías una vez echado el pie a tierra. Pero lo dicho: dentro de la ría o en mar abierto, muchas islas gallegas esperan una visita. También en este tiempo. Todo es cuestión de organizarse… y de abrigarse.
Visita virtual a las Islas Cies